LOMLOE: PRÁCTICA Y UTÓPICA

Todas las personas que hayamos sido cercanas en los últimos años al sistema educativo hemos conocido la LOMLOE. Cuando se presentó al mundo este nuevo proyecto de ley, todo el mundo del profesorado se vio conmocionado, a fin de cuentas lo que insinuaba la ley era un gran cambio en la forma de evaluar a los alumnos, sobre todo en, de alguna manera, "fomentar" e "incentivar" a los alumnos a dejar de estudiarse alguna asignatura que se les diera peor, porque, según esa ley, los alumnos podían pasar de curso con más asignaturas pendientes de las debidas.

Todo esto provocó una oleada de padres y profesores echándose al cuello del gobierno. Me acuerdo que durante ese año muchos profesores en el instituto se quejaron por la falta de consideración hacia los maestros, que sin apenas indicaciones, debían reajustar toda su evaluación y enseñanza, además de no considerar justo para muchos alumnos que no se premiase adecuadamente su esfuerzo, mientras que otros pasaban solo porque la ley les reconocía ese derecho sin haber alcanzado las competencias mínimas. 

Yo, personalmente, no le di mucha importancia más allá de los proyectos y trabajos en equipo que debíamos, de la nada, empezar a preparar a mediados de curso. A mi no me afectaba que otros pudieran seguir avanzando en sus estudios de la manera que fuera, a fin de cuentas, si por algo se ha caracterizado el sistema educativo es por su falta de compañerismo generalizada.

"Mientras no me molestes, no pasa nada"

De todas formas, en ese momento no caí que, claro, si iba a querer ser maestra, la LOMLOE no iba a ser algo que me fuera a dar igual toda la vida, y es ahora cuando estoy realmente informándome acerca de esta ley.


Estas competencias según la ley son dirigidas a unos aprendizajes permanentes en el alumno que, en vez de centrarse tanto en lo académico, optan por el desarrollo del educando. Sin embargo, echando un vistazo al apartado de "Competencias clave" para el perfil de salida del alumno, me ha dado la impresión de que, a pesar de que promete enfocarse más en el individuo como persona, parece más una forma de intentar integrarse entre el resto de sistemas educativos de Europa más que por fomentar una innovación en la educación.

Muchas de las competencias clave son muy abstractas o se solapan unas con otras. ¿acaso la competencia ciudadana no implica también una competencia personal y social? ¿por qué estarían en diferentes competencias si realmente una no puede darse sin la otra? Considero la selección de objetivos como un copia y pega de las recomendaciones propuestas por Europa.

Por otra parte, no tienen en cuenta el cómo evaluar estas competencias, ni mucho menos las consecuencias en caso de no conseguirlas o incluso el propio punto de partida de cada niño. Considero que hay competencias que ponen en jaque algunos principios de inclusión por los que se ha luchado durante los últimos años. Un niño con TEA no puede ser evaluado de la misma manera que un niño sin TEA en la competencia social, pero es que incluso que exista esa competencia me parece hasta cruel, porque incluso con una adaptación ya estas provocando una brecha con el resto de sus compañeros.

Las brechas por adaptaciones curriculares no son raras. Yo tengo un amigo con TEA que se supone que tiene derecho a media hora más durante los exámenes. Claro, en la teoría está muy bien pero en la práctica produce un problemón: la envidia del resto de alumnos. Mi amigo fue acosado durante bachillerato por ser tratado diferente por profesores, así que considero las adaptaciones curriculares como armas de doble filo.

Así pues, en la LOMLOE también existe el concepto de DUA que en definición, "se trata de un método de enseñanza inclusivo, dispuesto a adaptarse a las necesidades del alumnado". Yo no considero necesarias tantas adaptaciones, yo creo que se debería de educar a los estudiantes acerca de la diversidad de forma natural. Me acuerdo de las charlas en el instituto acerca del feminismo e igualdad y, sobre todo, me acuerdo de las mofas que se producían por parte de mis compañeros. A fin de cuentas, es complicado educar de la nada a una generación a la mitad de su formación. Esta educación, sin embargo, debería de darse desde primaria, mínimo para que no se les haga extraño este tipo de formación a la hora de ser introducidos en profundidad a posteriori, pero para ello se necesita tiempo, y eso es algo que la LOMLOE no tiene en cuenta.

Se trata de una ley idílica e inmediata. La educación es un proceso largo, no algo de un par de años, sino de toda la escolarización de cada persona. La inclusión debe ser un concepto normalizado, tan normalizado que no sea necesario que tenga un propio término para ser descrito, porque no sería necesario en una sociedad en la que todos nos consideremos iguales.

Considero que la intención no es mala, pero necesita ser pulida y, sobre todo, que aquellos que decidan las leyes educativas estén mínimo familiarizados con la escuela y el comportamiento humano antes de promover leyes de buenas intenciones que acaban siendo la ruina de estudiantes y profesores.



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