EL DÍA QUE ESPAÑA SE APAGÓ
-LA HUELGA DE ESTUDIANTES
El pasado lunes 28 de abril fue un gran conjunto de emociones. Por una parte, era el día de la huelga estudiantil en contra de los recortes que han sufrido las universidades públicas, entre ellas, la nuestra. Era un día de reivindicación en búsqueda de unas mejores instalaciones y una mayor inversión en los estudios de los alumnos.
Dejo aquí un poema de Nora Bruccoleri con la intención de que, a pesar de que el 28 de abril de 2025 no vaya a ser recordado por ser el día en que la educación pública sacudió las calles, no olvidarnos de la necesidad que tenemos de luchar para mantener lo que tanto tiempo nos ha costado conseguir y que poco a poco, casi sin darnos cuenta, se nos está arrebatando y debemos trabajar todos juntos para mantenerlo, tanto alumnos como profesores.
Con los libros levantados
en las calles que hablan
leales a la pasión
de multitudes fieles
a sus principios
marcha la esperanza
a darle residencia
a nobles acciones
de histórica presencia
que escucha ecos
de montañas y mareas
insobornables
en ese canto que viene
desde lo gratuito
que no traiciona
y es valeroso grito
cuando las letras
de sus pasos encaminan
convencidos legados
y despejadas conciencias
en la verdad donde izar
banderas sin dudas
para golpear lo brutal
que quiere callar
lo que siempre
está de parto
y no se arrodilla
porque es entero derecho
que nos hizo
ser quienes somos
sin precio ni falsías
por ello salimos
como el sol
cuando empieza
otro día
a defender la huella
que como país
nos da nombre y apellido
para subirnos
cuando queramos
y como se nos antoje
la virtuosa gana
a pisar y mirar
de frente a la cara
al futuro de raíz
para encender
ese fuego
que no pide permiso
a quienes creen
sentirse dueños
de la razón
ese latido unísono
que nos despierta
como pueblo.
- ¡Y SE HIZO LA OSCURIDAD!
Todo cambió cuando, de un momento a otro, se fue la luz de todos los dispositivos, las casas, los semáforos, los barrios, todas y cada una de las comunidades de España estaban sumergidas en la oscuridad. Y claro, no era de extrañar que prácticamente todos notásemos esta falta de electricidad. Muchos estaban terminando los últimos trabajos de la universidad, otros iban en metro, algunos estarían haciendo la comida para irse al trabajo o la universidad cuanto antes. Todas esas actividades se vieron interrumpidas. Yo, por mi parte, no tuve mayor inconveniente que no poder usar ningún dispositivo electrónico. Como era de esperar, en un primer momento pensé que volvería al poco pero no fue así. Mis padres no tardaron en sacar dos walkman y ponerles un par de pilas para poder escuchar que decían en la radio, el único servicio que podía funcionar puesto que tenían baterías y generadores para comunicarse a través de las radios analógicas
Horas más tarde, mientras prestaba atención a qué decía la gente en la radio para poder enterarme de cuánto iba a dudar el apagón, dijeron algo en lo que no había caído en cuenta: los colegios. Los colegios aún tenían niños y muchos de sus padres estarían encerrados en metros y atascos a lo largo de toda la carretera. Es por eso que decidí vestirme e ir a los colegios de mi barrio para ver si necesitaban ayuda. ¿Recordáis que dije que yo no tuve prácticamente inconvenientes durante el apagón? Sí que tuve, sí. Vivo en un octavo, hice más ejercicio ese día subiendo y bajando escaleras que en lo que llevábamos de mes.
En fin, bajé a echar un vistazo a los colegios a ver si podía echarles una mano y, cuál fue mi sorpresa cuando vi esto en mitad de mi barrio.
En efecto, un atasco en la calle principal y, entre todos los coches, un bus verde cuyo recorrido ni siquiera es ese. Los conductores estaban ya prácticamente desesperados por llegar a sus destinos pero el atasco se los impedía. Todo era un caos pero, sin embargo, cuando llegué al colegio me sorprendió la respuesta de uno de los responsables. La mayoría de profesores y gente que trabajaba en el colegio se habían unido como institución para hacer frente al problema. Se habían quedado para poder esperar a todos y cada uno de los padres para que recogieran a sus hijos. El responsable me dijo que se habían organizado muy bien y que no estaban teniendo problemas, cosa bastante sorprendente para mi porque es un colegio gigante, con mínimo cuatro clases por línea. El chico además me dijo que si podía, fuera a ver al otro colegio del barrio, que tal vez ellos necesitaban ayuda.Me sorprendió la respuesta de uno de los responsables del colegio: la mayoría del personal, incluyendo el equipo directivo y los profesores, se había organizado de manera ejemplar para garantizar la seguridad y el cuidado de todos los estudiantes. Esta reacción evidencia la importancia del liderazgo institucional en situaciones de crisis. En muchos casos, estos protocolos están coordinados desde el Plan de Centro, y supervisados por el Consejo Escolar o el propio equipo directivo.
Más aún, lo que realmente me hizo reflexionar fue cómo incluso entre centros escolares se ofrecían apoyo mutuo. Aunque no existe una estructura formalizada para ello, este espíritu de colaboración intercentros debería ser reconocido y reforzado desde las zonas educativas o inspectoras, ya que fomenta una cultura educativa solidaria que trasciende las paredes del aula.
- LA IMPORTANCIA DE LA ELECTRICIDAD PARA LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD.
Cuando ya volvió la luz y fui finalmente a clase el miércoles pasado, puesto que aunque no había clase en nuestra facultad, yo debía ir a mi curso de lengua de señas, estuvimos hablando sobre cómo nos habíamos sentido en el apagón. Muchos habían pasado miedo, ya fuera porque creían que era el fin del mundo o porque directamente su vida depende de la electricidad. Este fue el caso de mi profesor de lengua de señas que, al ser sordo, necesita de la electricidad para poder tener una vida normalizada.
Él tardó bastante en enterarse de lo que estaba sucediendo y lo que podía llegar a pasar, ya que se decía que tal vez tardaba semanas el sistema eléctrico en funcionar correctamente. Tuvo que enterarse a partir de sus vecinos de lo que estaba sucediendo y claro, para alguien que es sordo de nacimiento, puede llegar a ser muy estresante toda esta situación, más de lo habitual. Me acuerdo que nos contó que, claro, como su timbre funcionaba gracias a parpadeos de luz, tardó en darse cuenta de que sus padres estaban llamando a su puerta. Realmente, sin electricidad, mi profesor podría haber corrido un gran peligro. Sin semáforos, sin timbres, sin videollamadas... ¿realmente, si hubiera pasado algo más allá que un simple corte de luz, hubiera podido enterarse? Había gente que pensaba que todo esto era por la guerra en Ucrania ¿y si hubiera sido el caso? ¿cómo lo habrían podido evacuar? Además, sin oído y sin semáforos, cruzar por una calle puede llegar a ser una aventura ¿y si no escucha al coche pitarle y no consigue apartarse a tiempo?
Además, me salió un video en la red social de Tiktok acerca de Yolanda, una persona que tiene la enfermedad de ELA, que nos relata cómo de estresante fue su experiencia y, sobre todo, el miedo a que hubiera durado días el apagón a pesar de haber conseguido un generador. El miedo de poder llegar a morir era totalmente un agobio y el tampoco poder comunicarse con su familia sin la electricidad también era algo que seguramente contribuyó a tal estrés.
Lo que está claro es que fue una situación horrible para todos aquellos que vivieron lo peor del apagón: caminatas de horas hasta llegar a casa, miedo por quedarse sin comida, no poder cocinar, no tener dinero en efectivo o incluso miedo a poder morir.
Por suerte, ninguno de ellos acabó corriendo peligro pero esto me hizo reflexionar de cómo pudieron llegar a reaccionar aquellos niños con discapacidad en las escuelas cuando pasó el apagón y, sobre todo, cómo los profesores pudieron gestionarlo.
Normalmente, las responsabilidades acerca de los alumnos se delegan únicamente en la figura del tutor, como si este fuera el único responsable directo de su bienestar y acompañamiento educativo (Pérez, 2020). Sin embargo, la realidad organizativa de los centros educativos nos muestra que todos los miembros del equipo escolar tanto en el plano docente, como en el de gestión, comparten esta responsabilidad .
Durante el apagón, esta idea se materializó de forma clara. La respuesta eficaz ante una situación de emergencia, como la falta de electricidad, no recayó solo sobre los tutores, sino que implicó una actuación conjunta de los equipos directivos (dirección, jefatura de estudios, coordinación de convivencia), así como del personal docente, no docente y, por supuesto, de las propias familias. Fue precisamente esa actuación coordinada la que permitió garantizar el bienestar del alumnado en medio de una crisis.
El apagón evidenció que cuando un centro funciona como una comunidad cohesionada, con canales de participación activos y un sentido compartido de misión, es capaz de afrontar de forma efectiva incluso situaciones no previstas .Esto evidencia la necesidad de fomentar estructuras democráticas y participativas que fortalezcan las comunidades de aprendizaje como la que tenemos en nuestra clase.
- LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Por otra parte, aunque fue traumático para algunos, otros pudieron apreciar lo que es la vida sin la presencia de tanta tecnología. Aunque está claro que necesitamos de cierta tecnología a día de hoy, que muchos trabajos se vieran visto afectados por la falta de tecnologías hizo que la gente, a la habían mandado a casa, tuvieran la oportunidad de poder salir a la calle para disfrutar de la vida junto a sus familias.
Fue bastante bonito poder disfrutar otra vez de pasar tiempo con mis padres porque, de normal, o estoy en la universidad o mi padre está trabajando y eso ocasiona que no pueda verlos juntos tanto como me gustaría.
Finalmente, aunque haya sido un caos no tener electricidad durante 12 horas o más, que estuviera la gente fuera de sus casas, sin las ataduras del trabajo o los estudios, fue algo bastante precioso y revelador que, aunque sé que no volverá a suceder a menos que ocurra algo similar a lo del lunes, ojalá pudiera ser experimentado más a menudo.
Me ha gustado mucho como has sabido adaptar algo que ha surgido recientemente, como es el apagón, a un blog y de forma tan original y creativa. ¡Me encanta!
ResponderEliminar¡Qué buena entrada maya! Me ha encantado. Yo el día del apagón me quedé en mi colegio mayor. Si es verdad que pasé un rato imaginando las posibles implicaciones, tanto buenas como malas. Tenía incluso información de Logroño, Burgos, Donosti... gracias a todos los colegiales del Chami. Sin embargo, el Chami crea una burbuja bastante aislante con el exterior y no llegué a pensar todo lo que has contado y de más cosas que ocurrieron. Mi pensamiento fue principalmente el de la otra cara de la moneda.
ResponderEliminarPor cierto, el poema... pelos.