EL DESPRECIO A LOS OFICIOS SOCIALES

 A la hora de pensar en qué profesiones son las más importantes en nuestras sociedad normalmente la gente indica oficios relacionados con la ciencia y la protección, como los médicos, científicos, la policía o incluso los profesores, a pesar del desprecio general que se le tiene a la carrera de magisterio por ser considerada fácil. Claro, los oficios mencionados son los "comunes", los que desde pequeños nos han enseñado en clase, pero lo cierto es que, si queremos vivir en una sociedad en la que además de salud y progreso científico existan las mismas oportunidades para todos, habría que hablar del trabajo y la educación social.

Ambos oficios poseen definiciones con rasgos en común. Por una parte, trabajo social se define  como "una profesión y disciplina académica que busca mejorar el bienestar de las personas y las comunidades, promoviendo el cambio social, la justicia y los derechos humanos", mientras que educación social se trata de "una disciplina pedagógica y una profesión que se centra en la promoción del desarrollo integral de las personas y grupos, especialmente aquellos en situaciones de vulnerabilidad".



En ambos oficios se busca lo mismo: mejorar la calidad de las personas, centrándose sobre todo en aquellas con riesgo de vulnerabilidad respecto al resto de ciudadanos. Normalmente creo que estas profesiones, además de ser poco conocidas, suelen confundirse entre sí. Hace unos años, a la hora de elegir carrera, dudaba si elegir trabajo/educación social o magisterio primaria. Claro, yo me refería a que ambos oficios eran lo mismo solo que "llamado de distinta manera" y, cuando por fin se me aclaró la diferencia, la siguiente frase que recuerdo fue "no te metas, se necesita de mucho estomago".

Claro, esto desestimó totalmente mi elección hacia cualquiera de estos dos campos, aunque yo tenía claro que mi vocación pertenecía al ámbito social, aquel que me permitiese ayudar a la gente a orientar sus vidas. Es por eso que me hallo aquí, en una carrera con Primaria y Pedagogía, enfocada a poder ayudar a aquellos niños con dificultades y ofrecerles un hombro en el que apoyarse cuando se hallen ante adversidades.

Hoy me he enfrentado de nuevo a la educación social, puesto que nuestra facultad ha ofrecido una charla para acercarnos más a este ámbito. Claro, en un primer momento, tú como estudiante sin tiempo dices "quiero una charla acerca de MI carrera, no las ajenas", pero vaya, que aún así, siendo nosotros futuros pedagogos, creo que tampoco nos venía mal escuchar experiencias de carreras que, en un punto dado, tienen similitudes con la nuestra.

Efectivamente, me ha abierto los ojos en lo que realmente es el oficio. No se trata de un calvario en el que ni siquiera puedes dormir del estrés que te genera, no es un sofoco, mucho menos un trabajo aburrido de oficina. Es tratar con personas y ayudarlas con sus vidas a pesar de las adversidades, existiendo muchas ramas enfocadas en diferentes ámbitos, ya sea orientado al trabajo, a las adicciones, a la orientación sexual... Hay plenitud de opciones.

Se nos recomendaba en esta charla empezar a formarnos lo antes posible en un ámbito concreto para poder especializarnos y aumentar nuestra probabilidad de empleo y, claro, esto era dicho de una forma disimulada por parte de uno de los que nos ofrecían la charla mientras que, directamente, otra chica nos desenmascaraba el meollo: "somos la última mierda".

Despreciamos como sociedad los trabajos que tratan de redirigir a la gente que, por una gran variedad de motivos, han acabado tomando elecciones contraproducentes o que, directamente, buscando una mejor vida, se encuentran perdidos en un país totalmente diferente al suyo de origen. ¿Es esto producto de una sociedad egoísta e individualista? ¿Por qué nos da igual?

Supongo que tendrá que ver con que, hasta que no somos nosotros las víctimas, no nos importa que los demás lo pasen mal. No creo que esto sea un pensamiento digno de una sociedad comprometida con el bienestar ni el progreso.

La charla me ha inspirado a, no solo investigar más acerca de estas dos profesiones, sino de innovar con mi propia carrera y experimentar para llegar a dar lo mejor de mí como orientadora y pedagoga o, quien sabe, tal vez un trabajo alejado de lo considerado "común" y estar en un oficio que me llene a partir de la ayuda a aquellos quienes lo necesitan.



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